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El Regreso

Ecos del Destino
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BellaTuria

February 9, 2025 (Reading Time: 3 min.)

La luz dorada del atardecer acariciaba las empedradas calles de Villaverde, un pequeño pueblo enclavado entre colinas y olivares, donde el tiempo parecía haberse detenido. Elena avanzaba lentamente por la avenida principal, con la maleta en la mano y el corazón acelerado. Cada paso que daba despertaba en ella un torrente de recuerdos: risas infantiles, tardes de juegos en la plaza y, sobre todo, la sensación de pertenencia que siempre había dejado atrás.

La brisa suave traía consigo el aroma del romero y el recuerdo de aquellas tardes en que se sentaba en el porche de la vieja casa de su abuela, escuchando las historias que parecían flotar en el aire, llenas de misterios y leyendas. Sin embargo, hoy el ambiente se impregnaba de un sentimiento agridulce. Elena había vuelto no solo para reconectar con sus raíces, sino también para enfrentarse a un pasado que, a pesar de los años, seguía latente en cada rincón del pueblo.

Mientras caminaba, la mirada de Elena se posó en una figura que parecía surgir de entre las sombras de un viejo portal. Miguel, el joven de ojos intensos y sonrisa enigmática, se encontraba apoyado contra la verja de hierro forjado de la antigua librería. Había algo en él que evocaba recuerdos de tardes robadas, de secretos compartidos y de promesas que parecían suspendidas en el tiempo. Por un instante, el bullicio del pueblo se desvaneció, y solo existían aquellos dos mundos: el de la inocencia perdida y el de un futuro incierto.

—No esperaba verte aquí —dijo Miguel, con la voz cargada de una mezcla de sorpresa y nostalgia, mientras se apartaba levemente para dejarle paso.

Elena sintió que el corazón le latía con fuerza. Habían pasado tantos años desde aquella última despedida, y sin embargo, la intensidad de su mirada revelaba que, para él, nada había cambiado. Con una sonrisa tímida, respondió:

—Villaverde siempre me ha llamado de vuelta, y parece que tú también.

Las palabras flotaron en el aire, mientras ambos se miraban en silencio, conscientes de que algo inefable se tejía entre ellos, como si el destino mismo hubiera conspirado para reunir dos almas que, a pesar de la distancia y del tiempo, no podían olvidarse.

Mientras la noche caía y las farolas comenzaban a encenderse, iluminando la calle con destellos de luz y sombra, Elena se detuvo frente a la vieja casa de su infancia. Cada piedra, cada rincón, parecía guardar un secreto, una historia de amor y desamor, de risas y lágrimas. A lo lejos, el murmullo de la fuente en la plaza y el eco de voces familiares la envolvían en una cálida nostalgia.

Dentro de aquella morada, los recuerdos se entrelazaban con la realidad. El pasillo crujía suavemente bajo sus pasos, y en cada habitación se dibujaban sombras del ayer. Al llegar al salón, encontró una fotografía en la repisa: un retrato de su madre con la mirada llena de ternura y fortaleza. Elena se detuvo un instante, dejando que las emociones la inundaran, sintiendo el peso de la ausencia y la promesa de un nuevo comienzo.

El reencuentro con Miguel, sin embargo, no era casualidad. A lo largo de los días siguientes, el pueblo se convirtió en un escenario de coincidencias y silencios elocuentes. Conversaciones en la plaza, encuentros fugaces en el mercado, y miradas que decían más que mil palabras se entrelazaban en un baile de sentimientos que ninguno de los dos podía negar. Entre la melancolía de un pasado no resuelto y la esperanza de un futuro incierto, la vida en Villaverde volvía a palpitar con una fuerza renovada.

Mientras el crepúsculo se transformaba en noche, Elena comprendió que su regreso no era solo un retorno a un lugar físico, sino también el inicio de un viaje interior. Un viaje en el que cada paso la llevaría a descubrir no solo los secretos escondidos en cada esquina de su pueblo, sino también los rincones más profundos y olvidados de su propio corazón. Y, en ese instante, supo que los ecos del destino, esos susurros del alma, habían vuelto a llamarla.

La historia apenas comenzaba, y entre la sombra y la luz, entre el ayer y el mañana, el amor aguardaba silencioso, dispuesto a reescribir las páginas del destino de Elena y Miguel.

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Comentarios
  • alberto.cruz's profile image
    alberto.cruz Feb. 9, 2025, 8:22 p.m. Esperando al segundo capitulo..
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  • alberto.cruz's profile image
    alberto.cruz Feb. 9, 2025, 8:22 p.m. Esperando al segundo capitulo..
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